Aceite de oliva en Andalucía: La cuna del zumo de aceitunas español

Sin duda alguna el aceite de oliva español es el orgullo de quienes lo producimos. Mantener su calidad y su nobleza depende del perfeccionamiento de las técnicas para el cultivo de olivos, así como de la optimización de los procesos con los que se extrae el zumo de aceitunas.

España es el principal exportador de aceites de oliva a nivel mundial, siendo Andalucía la localidad española responsable de que se produzcan las mayores cantidades de zumo de aceitunas. La producción de esta región es capaz de superar la de países como Italia, Grecia y Túnez.

Por otra parte el olivo ha moldeado el paisaje de Andalucía desde hace siglos. Esta provincia tiene el mayor bosque de olivos en el mundo, con 175 millones de ejemplares cultivados.

Y aunque en materia de cifras esto suena atractivo, a nivel visual lo es mucho más, pues el “mar de olivos” embellece el paisaje local. Estos olivos forman parte del legado cultural de la región, al igual que el aceite que se obtiene de sus frutos.

Y no solo se trata de números. Los aceites de oliva que se producen en Andalucía son de fama mundial, y en ninguna otra región del planeta se extraen aceites de tal calidad.

Queda claro entonces que la producción de aceite de oliva en Andalucía es una actividad arraigada profundamente tanto en su gente como en sus paisajes. Por esto te invitamos a conocer el proceso histórico que ha moldeado a esta pródiga y prodigiosa región en la capital mundial del olivo.

Hallazgos recientes sobre el aceite de oliva en Andalucía

Los fenicios fueron quienes introdujeron el aceite de oliva en andalucíaAndalucía es sinónimo de diversidad y esto se define principalmente por su marco geográfico, compuesto por depresiones, sistemas montañosos y regiones costeras. Luego le sigue su herencia cultural, resultante de la llegada de numerosos pueblos a la localidad en los distintos momentos de la historia.

Uno de estos pueblos fueron los fenicios, quienes destacaron por sus habilidades en el comercio, introduciendo el cultivo de olivos en el sur de la península ibérica en el siglo XI a.C., dentro de lo que se conocía en aquel entonces como provincia Bética, actual Andalucía.

No pasó mucho tiempo para que esta tierra se convirtiera en uno de los sitios más importantes de la producción de zumo de aceitunas. Pero hagamos un interesante paréntesis para hablar sobre la prehistoria de la región.

Se dice que hace más o menos 12 mil años se aprovechaban las acebuchinas en la cueva de Nerja; de hecho en ciertos asentamientos andaluces como Garcel, Zuheros y Guadalteba se han conseguido huesos del fruto del olivo salvaje (acebuche).

No se tiene claro si estos hallazgos corresponden con la extracción de aceite. Según los estudiosos, el olivar primigenio de Andalucía posiblemente era de la variedad “Olea laperrini” que proviene de las montañas del Sahara.

Esta teoría corresponde a los escritos del “Libro de Agricultura” de Abu Zacaria Lahia, donde se señala que los olivares correspondientes fueron llevados a Al-Andalus desde África a raíz de una sequía atroz que destruyó a los ejemplares locales.

Relación entre el imperio romano y el aceite andaluz

Por su parte los romanos fueron quienes dieron continuidad a lo realizado por los feniciosAl ser los fenicios quienes contribuyeron con la introducción de olivares en Andalucía, convirtieron a la provincia Bética en uno de los tres centros de producción más importantes del posterior imperio romano.

En esa época esta región alcanzaría gran prosperidad debido al cultivo extensivo del olivo, lo que hizo posible el crecimiento de las exportaciones del aceite de oliva hacia Roma.

Un buen ejemplo de las actividades comerciales con Roma es el monte Testaccio, una colina artificial de 35 metros de alto formada por los restos de millones de ánforas que contenían en su mayoría aceite de oliva proveniente de Hispania.

En los tiempos después de Cristo, ya Andalucía se ubicaba como el mayor exportador de aceite en la cuenca del mediterráneo. De hecho existía cierto monopolio en la producción de zumo de aceitunas andaluz en la zona correspondiente a Sevilla, Córdoba y Ecija.

Esto se explica pues las vías de transporte de aquel entonces eran fluviales, por lo tanto el Guadalquivir era navegable hasta la región de Ecija, a través del Genil.

El deber del imperio romano era suministrar aceite de oliva en sus territorios ocupados, así como también garantizar la alimentación de los soldados que se encontraban difundidos por toda Europa. Esto era posible teniendo a Andalucía como centro de distribución.

La difusión del aceite de oliva en el imperio permitió que dicho producto se convirtiese en un alimento indispensable de la dieta mediterránea, además de ser un símbolo de la unidad del imperio.

Consolidación de la producción de aceite en Andalucía

La presencia de emperadores hispanos hizo posible la presencia permanente del aceite de oliva andaluz hasta nuestros díasDurante los años en los que gobernó el emperador Vespasiano, la provincia bética se convirtió en el mayor distribuidor de alimentos de toda Europa Central, incluyéndose por supuesto el aceite de oliva.

Otra medida tomada por el emperador fue el otorgamiento de la ciudadanía latina a todos los pobladores hispanos, lo que se extendió por toda Andalucía. Cada una las poblaciones andaluzas terminó por convertirse al imperio romano.

Esta adhesión de los pobladores al imperio facilitó la integración, así como también el ascenso hacia un nuevo estatus: el de la élite romana. Y esto se mantuvo durante el gobierno de los siguientes emperadores romanos, que eran originarios de España como es el caso de Trajano y Adriano.

El ascenso al poder de estos emperadores hispanos coincidió con la época de mayor gloria y expansión del imperio romano, facilitando la adaptación de los pobladores de esta Andalucía primigenia a su nueva identidad como ciudadanos del imperio.

Y este legado no se desvanece con el tiempo. Los largos siglos que han trascurrido desde la caída del imperio romano no le han quitado a Andalucía el estatus de ser el principal exportador de zumos de aceituna, lo que habla del esfuerzo y la constancia del pueblo andaluz.

¿Qué hace especiales a los aceites andaluces?

Comprar aceite de oliva andaluz siempre será una buena decisiónLa masiva exportación de aceites andaluces hace que éstos lleguen con facilidad a cada rincón del mundo. De igual forma, los aceites andaluces destacan todos los años en las catas de aceite, lo que certifica la calidad del producto.

Los aceites que principalmente se producen en esta región son el picual y el hojiblanca, y cada variedad cuenta con características definidas. Los aceites picual cuentan con un picor y amargor que le confieren un carácter maduro, empleándose preferiblemente para estofados, ensaladas y fritos.

En cambio los aceites hojiblanca tienen un sabor mucho más suave, lo que los hace idóneos para introducir en el consumo de zumos de aceitunas a quienes no estén acostumbrados al sabor de aceites fuertes.

Comprar aceites de oliva virgen extra, provenientes de Andalucía o de cualquier parte de España, será siempre una buena decisión. Tanto la calidad como los beneficios que proporcionan a la salud son razones suficientes para adquirir estos aceites.

Cuando consumas aceites de oliva de Andalucía, no solo estás saboreando un aceite saludable y prestigioso, sino también el producto de miles de años de historia y cultura que lo han llevado a ser considerado uno de los mejores del mundo.

Y también el fruto de la labor de miles de personas que cada mañana despiertan y trabajan bajo el sol de nuestra tierra andaluza.

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